Normas de Salubridad en Colombia para Uniformes Cocina

En Colombia, la salubridad en los uniformes de cocina está regulada por varias normativas que buscan garantizar la inocuidad de los alimentos y la protección de los consumidores. A continuación, se destacan las principales directrices:

1. Decreto 3075 de 1997:

Establece las normas sanitarias para la fabricación, procesamiento, preparación, envase, almacenamiento, transporte, distribución y comercialización de alimentos. Específicamente, en el Artículo 15, Capítulo 3, Párrafo B, se indica que las empresas deben proporcionar una dotación suficiente de vestimenta de trabajo para el personal manipulador, facilitando el cambio de indumentaria según el tipo de labor realizada.

2. Resolución 2674 de 2013:

Esta resolución actualiza y complementa el Decreto 3075 de 1997, enfocándose en las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) para alimentos. Entre sus disposiciones, resalta la importancia de que los manipuladores de alimentos mantengan una higiene personal adecuada y utilicen vestimenta limpia y apropiada para evitar la contaminación de los alimentos.

3. Norma Técnica Sectorial Colombiana NTS-USNA 007:

Esta norma establece los requisitos sanitarios que deben cumplir los establecimientos de la industria gastronómica para garantizar la inocuidad de los alimentos. Aunque no se detalla específicamente sobre los uniformes, se enfatiza en las prácticas higiénicas y medidas de protección que incluyen el uso de vestimenta adecuada por parte del personal.

Recomendaciones Específicas para Uniformes de Cocina

Color y Diseño: Se recomienda que la vestimenta de trabajo sea de color claro para facilitar la visualización de su limpieza. Además, es preferible que los uniformes no tengan bolsillos ubicados por encima de la cintura y que utilicen cierres o broches en lugar de botones que puedan caer en los alimentos.

Accesorios: El uso de delantales debe ser seguro, manteniéndolos atados al cuerpo para evitar la contaminación de los alimentos y prevenir accidentes laborales.

Cumplir con estas normativas y recomendaciones es esencial para asegurar la calidad e inocuidad en la preparación de alimentos, protegiendo tanto al personal como a los consumidores.